La Catedral
Bajo un azul mágico espiritual, engendrada por la mano del hombre, piedra bruta convertida en rosa, de la tierra emerge. Reflejo del corazón, pensamiento consumado. Enigmático vestido arcano, que con lenguaje lapidario, nos narra la historia, nos revela lo arcano. Escucha su llanto, aún se oye, el de las paredes de piedra herida, de los golpes producidos por el mazo. Arriba en lo alto gárgolas susurrando, siempre atentas, siempre vigilando, sobre ellas, mucho más alto el bronce exorcizado a cien demonios ahuyentando .
En el interior, frío sacramental del suelo de piedra, silencio y sombras espectrales por el perfume ámbar de piedrecillas ardiendo, envolviendo de misterio, el alma de la catedral.
Carlos Rascòn